La Tarasca es una representación de un animal fabuloso relacionada con el Corpus Christi, pero que en Torrjeoncillo del Rey se celebra en San Blas.
San Blas fue elegido patrón de Torrejoncillo en 1535 para interceder y sanar a los niños que morían por una enfermedad que les producía unas secas que los ahogaba. La fiesta duraba 3 días -Todavía se dice "San Blas, San Basilio y el tercer día su hermanillo"- y era la más popular del pueblo, donde bailaban los tunos, hacía su aparición "La Tarasca" y se acompañaba de una soldadesca endiablada con su Diablo Mayor, hasta que fue prohibida en el año 1764 por el obispo de Cuenca. Sin embargo, la fiesta siguió celebrándose.
Según la tradición, el monstruo de "La Tarasca" aparecía en la mina romana de Lapis Specularis "La Mora Encantada" después de la misa, y gracias a la intercesión de San Blas, era domada por un hombre montado en un borrico para recorrer las calles del pueblo y aterrorizar a los niños y no tan niños con su aspecto descomunal, que debían tener cuidado para que no les diesen una tarascá.
Durante la fiesta también se recitaban unos versos donde se contaban los sucesos y chascarrillos del pueblo que servían de divertimiento para la mayoría.
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San Blas fue elegido patrón de Torrejoncillo en 1535 para interceder y sanar a los niños que morían por una enfermedad que les producía unas secas que los ahogaba. La fiesta duraba 3 días -Todavía se dice "San Blas, San Basilio y el tercer día su hermanillo"- y era la más popular del pueblo, donde bailaban los tunos, hacía su aparición "La Tarasca" y se acompañaba de una soldadesca endiablada con su Diablo Mayor, hasta que fue prohibida en el año 1764 por el obispo de Cuenca. Sin embargo, la fiesta siguió celebrándose.
Según la tradición, el monstruo de "La Tarasca" aparecía en la mina romana de Lapis Specularis "La Mora Encantada" después de la misa, y gracias a la intercesión de San Blas, era domada por un hombre montado en un borrico para recorrer las calles del pueblo y aterrorizar a los niños y no tan niños con su aspecto descomunal, que debían tener cuidado para que no les diesen una tarascá.
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| La Tarasca en Torrejoncillo del Rey. Foto: Sergio Rubio |
Durante la fiesta también se recitaban unos versos donde se contaban los sucesos y chascarrillos del pueblo que servían de divertimiento para la mayoría.
“Si vas a Torrejoncillo
a la fiesta de San Blas,
echa pan en el bolsillo
que si no, no comerás”
a la fiesta de San Blas,
echa pan en el bolsillo
que si no, no comerás”
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